La aportación más significativa de esta nueva edición es la inclusión de documentos gráficos, acompañados todos ellos de un comentario generalmente amplio. En estas sociedades, de cultura fundamentalmente oral, la imagen funciona como medio de comunicación, con sus peculiares convenciones. Constituye, por tanto, para el historiador una documentación ineludible, que debe aprender a utilizar. También, en esta segunda edición los temas van precedidos de mapas de apoyo a la lectura.