El Budismo es pura Sabiduría. Se sumó así al cúmulo de Sabiduría Universal que impregnó a todos los tiempos y lugares. Su realismo, su brillante psicología, sus principios y técnicas son admirables por su rigor, por su claridad, por su franqueza y porque invitan a una superior calidad de pensamiento y de vida. Aspira, por encima de todo, a la libertad interior.