Esta novela en la que Lázaro Covadlo -con su reconocida maestría- refiere las andanzas, batallas, amores y desventuras de Baruj Kowenski, tiene la rara virtud de atrapar al lector desde las primeras páginas y de convertirlo en testigo asombrado de algunos de los acontecimientos que convulsionaron la agitada primera mitad del siglo pasado. Roberto Arlt, Perón, Isaak Babel, Trotsky o Félix Dzerzhinsky -fundador de la Cheka- son algunos de los personajes reales que se cruzan en el intrincado itinerario del aventurero Baruj, uno de esos seres que, dotado de un innato instinto de supervivencia, personifica las vicisitudes de un nuevo judío errante del siglo XX.
Nacido en Ucrania a finales del siglo XIX, Baruj Kowenski se une al anarquismo y participa en las revueltas del año 1905. Huyendo de uno de los pogroms de principios de siglo, emigra a Argentina donde ejerce de contrabandista, revolucionario, amigo y castigador de rufianes, zapatero remendón en una colonia judía, pistolero e impresor. Regresa a Europa a fin de participar en la Revolución Rusa y se alista luego en las Brigadas Internacionales para luchar en la Guerra Civil Española, donde aparentemente se pierde su rastro. Al reconstruir, décadas más tarde, la historia de su abuelo Baruj, el narrador nos ofrece también algunos fragmentos de su vida, cuando desde un pueblo de la costa catalana intenta encontrar su propio destino en un nuevo exilio.