El año de Mickey Bolitar no puede ir peor. Tras presenciar la muerte de su padre y verse obligado a internar a su madre en una clínica de rehabilitación, ha tenido que mudarse con su tío Myron —al que odia— y marcharse a otro instituto. Los cambios de colegio conllevan tener que hacer nuevos amigo y granjearse nuevos enemigos. Por suerte para Mickey, también se ha echado una novia estupenda, Ashley. Durante unos días, parece que la vida del chico despega de nuevo pero, entonces, ella desaparece sin dejar rastro. Mickey sigue el rastro de su chica y acaba adentrándose en un mundo sórdido donde descubre que la muchacha dulce y tímida de la que está enamorado no es quien decía ser. Y que su padre tampoco era quien el creía.