El dolor posee el privilegio de estar presente en todos los estratos del hombre: amenaza al instinto de conservación y a los sentimientos, produce tristeza y reacciones de defnsa, apatía y resignación. El dolor se presenta como un carnaval: aparece por doquier con infinitos disfraces. Ante tales estímulos el hombre reacciona, se defiende, se deja poseer, se compadece, admira, ayuda, sucumbe, se interroga, se crece...
El autor pretende tener en cuenta estos fenómenos y los encuadra y ordena antropológicamente, para una mayorcomprensión. Pero no se detiene aquí: señala falsas vías y metas negativas, perversiones y efectos desagradables, pero también abre camino para descubrir un sentido y llegar a cumbres que anltecen los juicios y enriquecen el homo patiens. Por ello, desde la perspectiva del sufrimiento, procura señalar también su integración en el todo personal, que comprende la componente altruista del trato con los demás hombres.