Unica Zürn nació en Berlín en 1916 y, afectada por sus frecuentes crisis de esquizofrenia, en 1970 se suicidó en París. Compañera del artista Hans Bellmer, su personalidad suscitó la admiración de los grandes del surrealismo: Breton, Arp, Duchamp o Michaux, entre otros. Conocida por sus obras Primavera sombría y El hombre jazmín (que Siruela recuperará próximamente), se presentan ahora sus historias para periódicos, relatos breves que la autora fue publicando entre 1949 y 1955. No son éstas historias inocentes y ninguna de ellas deja entrever la época en que fueron escritas: la sórdida y harapienta posguerra berlinesa de una Alemania destruida. La realidad contemporánea no le interesaba para su escritura. Estas historias pueden leerse como un mosaico de su autobiografía y como una fecunda vecindad entre el recuerdo vivido y la caída en lo onírico. Su principio fundacional es la negación de toda cronología, la re-creación de los mitos que jalonan una vida: la infancia, la pubertad, los primeros amores..., situando al lector en un terreno desconocido.