«No hay más hermosos caminos que los del mar, que los caminos que saben los salmones y las goletas de antaño y que éstos de los grandes transatlánticos de hogaño. Dan estos caminos poder, riqueza, fantasía.» Esto escribía Alvaro Cunqueiro en cierta ocasión, cuando, quién sabe por qué razones, anduvo ocho meses alejado de la mar, él, para quien ésta fue la más fecunda de las musas. Es que, de hecho —quizá como todo gallego de pura cepa— algo tiene Cunqueiro de ser marino : «Yo me lo merezco», dijo al recibir el premio La Concha de Vieira (en la que yace la uña de un percebe), «porque nací al día siguiente de haber comido mi madre una gran fuente de percebes. Por sus frutos los conoceréis…»
Después de este primer volumen de crónicas y artículos, nos dimos cuenta de que eran inagotables y que sería una pérdida inestimable para la literatura española dejarlas en el olvido de las publicaciones periódicas. Al cuidado de César Antonio Molina hemos ido, pues, agrupando por temas seis volúmenes más : La cocina cristiana de Occidente (Los 5 sentidos 11), Tesoros y otra magias, Viajes imaginarios y reales, Los otros caminos, El pasajero en Galicia y La bella del dragón (Marginales 80, 91, 101, 105 y 116).