La mayoría de libros que se publican sobre el antiguo Egipto tienden a destacar el papel de los reyes, de los grandes nobles y de los sacerdotes. En este libro –que Barry Kemp ha calificado de «detallado y lúcido»–, T. G. H. James se centra, por el contrario, en examinar los trabajos y los días de los egipcios anónimos: burócratas y escribas, albañiles y campesinos, carpinteros y artesanos. ¿En qué tipo de casas habitaban y cómo eran sus condiciones de vida? ¿Cómo se administraba justicia? ¿Qué sabemos de sus relaciones familiares, de sus rivalidades y pleitos, de sus sueños y esperanzas, es decir de su vida real? A todas estas preguntas nos responde T. G. H. James que ha realizado un exhaustivo trabajo de investigación a través de las inscripciones de tumbas y templos, de los archivos oficiales, de la correspondencia privada, de informes y despachos para devolvernos el pulso de la vida cotidiana en el imperio faraónico y mostrarnos cuánto en común tienen nuestras vidas con las de aquellos que habitaron las riberas del Nilo hace casi cuatro mil años.