El cerebro de Albert Einstein cruza veloz, sumergido en formol dentro de un tupperware en el maletero de un Buick Skylark, Estados Unidos. El conductor, Michael Paterniti, un joven periodista; su acompañante, el anciano patólogo Thomas Harvey, que cuarenta años atrás ¿durante la autopsia de Einstein- sacó el cerebro y, sin más, se lo llevó a casa. Un frío día de febrero, dos hombres y un cerebro abandonan New Jersey rumbo a California. Allí los aguarda, perpleja, Evelyn, la nieta de Einstein. Un original relato de viaje en el que Paterniti, en compañía del famoso cerebro, transmite su deslumbrante, mágica y aguda percepción del sueño americano.