El Calderón autor de comedias ha disfrutado de una buena acogida, en tanto que hay otro Calderón que no ha gozado del favor del público. No se trata ?en el año 2000- de enfrentar a uno con otro, ni de presentarlo como un autor de perfectas geometrías teatrales, pero conservador y retrógrado. Ruiz Ramón demuestra que los dos son las diferentes caras de un Calderón ambivalente y ambiguo, y que mediante la antítesis y la paradoja, la contradicción y la duplicidad entretejidas en su obra, el lector o el espectador podrá reconciliar los parciales, incompletos y disociados Calderones en un Calderón íntegro.Quizás en este año del IV Centenario del nacimiento de Calderón consigamos una perspectiva nueva, una ?mirada cero?, libre y limpia, que permita ver a un Calderón vivo, con nuestros miedos, nuestras esperanzas y nuestros problemas, al igual que los británicos lo hacen con Shakespeare o los franceses con Molière.Calderón nuestro contemporáneo es un ensayo, sin aparato crítico y sin notas a pie de página, dirigido a todos aquellos lectores que están interesados en el teatro y en nuestros clásicos.Francisco Ruiz Ramón es una autoridad indiscutible en el estudio del Teatro Español del Siglo de Oro.