Novela escrita con marcada vocación literaria, Las revanchas presenta una catarata de sorpresas que atrapan al lector desde las primeras páginas, desde el primer disparo, en una suerte de bomba de racimo dirigida al cerebro del lector, que inevitablemente quedará atrapado en la magia de estas páginas.
Todo empieza con un atentado. Un irreprimible deseo de venganza. Ese es el armazón sobre el que se construye esta trepidante novela que muestra crudamente cuánto pueden cambiar las personas cuando les acorrala la vida hundiéndolos en los abismos de la desesperación.
Unai es un reflexivo y tranquilo adolescente al que de pronto, una noche, el Destino le tiende una emboscada: presenciar la ejecución de su padre y resultar él mismo herido.
A partir de ahí, todos los hechos de su vida quedarán marcados por aquel momento trágico, y la venganza constituirá el objetivo final al que se someterá cualquier acontecimiento, cualquier relación, cualquier proyecto de futuro.
En Las revanchas, aquella primera venganza atrapa en su red a todos los personajes, quienes, a su vez, urden también sus propias revanchas. Algunas son meros arrebatos causados por leves ofensas. Sin embargo, otras, son graves, crueles, planeadas y ejecutadas con fría precisión. Y el Destino juega su propia partida de billar a varias bandas.