La poesía de Guido Cavalcanti es una de las más intensas e innovadoras de la Italia y la Europa de finales del siglo xiii. Determinará no solo la formación de la llamada lírica estilnovista, integrada por autores como Dante Alighieri, Cino da Pistoia o Lapo Gianni, sino la de otras vanguardias futuras, como el "modernism" de Ezra Pound y T. S. Eliot o las reflexiones narratológicas de Italo Calvino. Los componentes esenciales de esta poesía son el estilo depurado, claro y dulce, el léxico restringido habitual de las composiciones amorosas de la época y la dramatización de la interioridad alienada del amante a causa de la irrupción de la imagen del objeto amado. Una obra poética breve que, sin embargo, por su fuerza y misterio, sigue ejerciendo
una gran fascinación.