Para el análisis del aspecto histórico de cualquier hecho o lugar se ha convertido en irrenunciable la investigación de la fuente de información que suponen los registros notariales procedentes de las localidades a estudiar. Los protocolos notariales son un registro vivo, a pesar de los siglos transcurridos, de la vida cotidiana en determinada comunidad. Santa Fe no es una excepción. La villa, que comenzó su andadura en las postrimerías del siglo XV coincidiendo con el acontecimiento que tan capital importancia tendría para la vida futura, no sólo de España sino de todo el mundo conocido, tiene en sus escrituras públicas un excelente contacto con el mundo del siglo XVI, y éstas son, en especial, fuente primordial para la comprensión de sus instituciones y sus gentes.