En los últimos cuarenta años aproximadamente se han producido una serie de aproximaciones al estudio del lenguaje que han pretendido cubrir algunos aspectos que en cierto modo se habían obviado en toda la tradición de estudios anteriores. La proyección de tales estudios ha sido en un sentido ascendente, al cubrir no ya las áreas de la fonología, morfología, sintaxis, lexicología o semántica, sino toda una serie de factores que afectaban a la constitución y creación del texto y del discurso como unidades superiores lingüísticas.