La función policial, sin perder su carácter instrumental, precisa de un soporte que le permita alcanzar los niveles de eficacia que requiere el ordenamiento jurídico y que, al mismo tiempo, estos sean adecuados a las demandas sociales de seguridad. La Administración Policial es una de las herramientas con las que cuentan las Policías para lograr la finalidad que, la Constitución y las leyes les encomiendan.
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El presente trabajo más que la descripción circunstanciada de todas las instituciones que integran la organización policial -tarea que escapa a la finalidad de la obra y a la intencionalidad de los autores- pretende ofrecer una reflexión sobre aquellos elementos que pueden contribuir al debate sobre la administración policial, instrumento al servicio de la policía y ésta, a su vez, al de toda la sociedad sin exclusiones. Ello no significa que se haya soslayado el tratamiento de la s principales instituciones o sus elementos descriptivos, aun a riesgo de su permanente mutabilidad.
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Con la clara intención de contribuir al anterior debate, pero también con una indudable vocación didáctica, se han dejado abiertos aquellos aspectos más prácticos para un tratamiento en profundidad de los mismos. De este modo se posibilitan la interiorización y fijación de los criterios jurídicos que inciden en las materias propias de todo servicio público.\
